Felipe F. de Nichile - SBPSP (Brasil) (Brasil)
Asociación Latinoamericana de Observadores de Bebés Método BICK - Una Cesura: Cuerpo presente–Cuerpo ausente en La Observación de Bebés
Fernanda Magallanes
- Psicoanalista (México) [ver] Mesa: El camino y el desierto
Notas introductorias hacia una teoría metapsicopolítica
Fernanda Magallanes
Con este texto me uno desde la periferia de mi práctica clínica psicoanalítica y mi
postura teórica metapsicológica al manifiesto de FEPAL denunciando la violencia
que los sistemas estructurales, simbólicos, estatales y paraestatales ejercen sobre
los cuerpos. Dichos sistemas impiden una vida vivible y en democracia, lastiman y
marginalizan a grandes sectores de la población y distribuyen la vida y la muerte de
las personas.
En todo Latinoamérica estamos dominados por tecnologías de explotación y
destrucción que se expresan en masacres, feminicidios, tortura, esclavitud, trata de
mujeres y niños, trata de personas y desapariciones forzadas. Las modalidades de
instrumentalización del poder y sus formas de institucionalización injertan
tecnologías que obligan a gran parte de nuestras poblaciones a la muerte, a un dolor
psíquico insoportable, a la migración forzada o a adscribirse a alguna banda
delincuencial como camino de vida. La delincuencia no implica una simple patología
(como algunas posturas psi han propuesto), sino la subjetivación a un malestar
cultural latinoamericano que hace abyectos a cuerpos que no le sirven
económicamente. La delincuencia primero que patología es una forma bajo la cual
el delincuente se subjetiva por un problema del aparato estatal y plantea el camino
de vida posible del que ha sido abyecto.
Esto es, la violencia ejercida por un sujeto no solo es de carácter patológico,
instintivo, ni tampoco individual. Más bien, el sujeto en su dolor singular porta un
plural que es político y que es cultural. Condiciones políticas y culturales son
transmitidas por sensaciones. Huellas del mundo se van continuamente
inscribiendo y traduciendo por los caminos que toma en un inicio la energía somática
por la vía del autoerotismo. Luego, pulsión (trieb) mediante, los caminos hacia un
continuo proceso de corporeización libidinal dan forma al yo cuerpo. El yo-cuerpo
(Freud, 1923), en su proyección, es el mundo. Así la imagen de mundo es
proyección del cuerpo, pero esto sí y solo sí el cuerpo fue intervenido en lo sensoriopolítico.
Mi relación con el mundo no es entonces la de un individuo con inconsciente
frente al mundo, sino que sujeto y mundo son formaciones producidas en -y solo
en- el campo político y cultural y lo inconsciente es sin un fuera y sin un adentro.
Podemos leer en Freud (1895) que los procesos de simbolización son producto de
la entrada y ausencia de un estímulo sensorial que brinda el pecho. El infans alucina
la cosa (Das ding) del objeto perdido y así obtiene satisfacción ya sin el objeto
(Gegenstand) presente. Este representar (a modo de imaging) define las
representaciones cosa que se conectan a la sensación y el afecto y es el proceso
por el cual el infante representa paulatinamente a la madre ausente como un objeto
total. Así, si hay un objeto total se representa, ya no solo a modo de imaging sino
que a través de una reinscripción de la imagen del pecho ausente y una sustitución
de este por otra cosa a la que deviene total. La actividad alucinatoria incluye afectos
e ideas que reinscriben y protoescriben las experiencias somáticas previas en un
aparato cultural. Así, todo camino de la representación es una experiencia sensoriopolítica.
No se trata para mí del vínculo del niño con un pecho o con una madre,
sino del vínculo apasionado con un set de relaciones culturales y políticas que el
niño traduce por vía de la madre, el padre, el tío queer o la tía drag.
Así en breve resumo cómo en Psychoanalysis, the Body and the Oedipal Plot (2019)
he concluido que el acto del soma de echarse a andar como cuerpo pulsional (Al.
Trieb) y dejar el instintivo (Al. Instinkt) es entonces una experiencia somato-política.
El cuerpo retomando a Preciado (2012), es un archivo somato-político que contiene
prácticas culturales y políticas. Aquello a lo que Dolto (1984) le llamó el camino de
la representación de la imagen inconsciente del cuerpo y su imagen dinámica es
para mí, una posibilidad en trazo continuo y en diálogo con la vida política a la vez
que dominada por la misma. En la reiteración de la repetición de lo que el aparato
político inflinge, quizás una dislocación, una diferencia, cierta agencia política.
La cosa se pone más compleja pensando la metapsicología articulada a la
necropolítica porque somos producto de un dispositivo legal- administrativo que
ordena y sistematiza los efectos o las causas de las políticas de la vida y de la
muerte de los cuerpos. El deseo no flota libre de dicho dispositivo que incide y forma
al cuerpo libidinal. Incluso siendo el deseo una producción singular, nunca es
individual. El sujeto no flota libre sino que está sujeto a los caminos que representa
de esta vida política y cultural. Vivimos en malestares culturales de los que nuestra
vida depende, entramados políticos que tejen los ideales, metas y caminos que las
pulsiones toman y los caminos de los cuales pulsiones se desvían por al desierto
de la pulsión de muerte.
El set de relaciones con los que convivimos no se adscriben únicamente al complejo
familiar de la mamá y el papá, la escuela y los amigos, sino que también las
instituciones, la vida pública, aquello enigmático que se mueve en la vida política
que actúa sobre las redes de personas y comunidades con las que crecemos.
Entonces, bajo las condiciones políticas de Latinoamérica, bajo un sistema que
administra la vida y la muerte de las personas, bajo eso que dice Butler cuando dice
que el capitalismo lleva en el centro la pulsión de muerte: ¿podría yo decir que el
trabajo del psicoanalista nada tiene que ver con lo político? ¡Un rotundo no!
Pienso que los conceptos fundacionales del psicoanálisis son movibles y que Freud
utilizó conceptos para que le ayudaran en su escucha, para el proceso de cura y
para la comprensión de fenómenos sociales como la guerra y sus incidencias
traumáticas en el aparato psíquico. No veo por qué no habríamos de utilizarlos para
abrir campo a una teoría metapsicopolítica. Cito a Freud estando de acuerdo con
repensar la pulsión:
“El progreso del conocimiento no tolera rigidez alguna, tampoco en las definiciones.
Como lo enseña el ejemplo de la física, también los conceptos básicos fijados en
definiciones experimentan un constante cambio de contenido. Un concepto básico
convencional y obscuro pero del que la psicología no podemos prescindir es el de
la pulsión”. (Freud, 1931, p.113)
En tanto psicoanalistas entonces estudio a la pulsión y los alcances
metapsicopolíticos que esta aporta. Concuerdo con Butler (2020) y con Rosaura
Martínez (2020), en que el psicoanálisis tiene fronteras políticas importantes. Pienso
que puede resultar en soluciones importantes salir de una noción individualista del
sujeto singular para pensar en un sujeto singular que no es sin los otros y que
depende enteramente de aparatos políticos. En tanto tal, pienso que es importante
replantearnos el campo en la vida política y nuestra responsabilidad en la misma.
Si la imagen del mundo como dice Freud, es una extensión del yo-cuerpo, Butler
(2020) ha mencionado recientemente que en el mundo capitalista hay una pulsión
de muerte en su centro. Que el sistema económico se ha comido al mundo y ha
tomado su forma como un self figurating image. ¿Cómo pensar en la repetición, en
la iteración de lo mortífero de este aparato que distribuye la vida de las personas
por fines económicos, las posibles salidas desde dentro de las instituciones y dentro
de los aparatos de instrumentalización del poder? Por ahora, anoto una expresión
de Freud que quizás pueda abrir paso a nuevas diferencias en el aparato mortífero:
“caminos de la pulsión de muerte”.
Referencias
Butler, J. (2020) COVID-19, the politics of non-violence, necropolitics, and social
inequality. Lecture for the 50th Anniversary of Verso Books at the White chapel
Gallery.
Martínez, R. (2020). Lo psicopolítico: Una crítica desde la filosofía. Ciudad de
México: Monosílabo (Texto aún no publicado)
Dolto, F. (1984). L´image inconsciente du corps. Paris: Éditions Seoul.
Freud, S.(1895) . Proyecto de una psicología para neurólogos. Obras completas
de Freud tomo I. Buenos Aires: Amorrortu.
Freud, S. (1915). Pulsiones y destinos de pulsión. Obras completas de Freud tomo
XIV. Buenos Aires: Amorrortu.
Freud, S. (1923). El yo y el ello. Obras completas de Freud tomo XIX. Buenos
Aires: Amorrortu.
Magallanes, F. (2019). Psychoanalysis, the Body and the Oedipal Plot: A Critical
Re-imaging of the Body in Psychoanalysis. UK: Routledge.
Preciado, P. (2012). Somatheque: Producción biopolítica, feminismos, prácticas
queer y trans. Conferencias almacenadas en Museo Reina Sofía.
Resumen
Con este texto me uno desde la periferia de mi práctica clínica psicoanalítica y mi
postura teórica metapsicológica al manifiesto de FEPAL denunciando la violencia
que los sistemas estructurales, simbólicos, estatales y paraestatales ejercen sobre
los cuerpos. Trabajaré la idea de camino como las rutas de las pulsiones y el
desierto como la pulsión de muerte. Exploraré la idea de Freud de los caminos en
circuito de la pulsión de muerte como una posibilidad de lo novedoso en el aparato
social. Serán notas preliminares hacia una teoría metapsicopolítica de la
hospitalidad al abyecto, al marginalizado y al migrante forzado que quizás podrá
abrir espacio no solo a hacer nuestro descontento manifiesto sino para pensar en
estrategias propiamente psicoanalíticas de acción en el campo social.
Claves
Hospitalidad, metapsicopolítica, América Latina, psicoanálisis, campo social,
migración forzada.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Mesa: O caminho e o deserto
Notas introdutórias para uma teoria metapsicopolítica da hospitalidade
Fernanda Magallanes
Trad. Cian Barbosa
Com este texto me uno, desde a periferia da minha prática clínica psicanalítica e
minha postura teórica metapsicológica, ao manifesto da FEPAL denunciando a
violência que os sistemas estruturais, simbólicos, estatais e para-estatais exercem
sobre os corpos. Estes sistemas impedem uma vida vivível e em democracia, ferem
e marginalizam grandes setores da população e distribuem a vida e a morte das
pessoas.
Em toda América Latina estamos dominados por tecnologias de exploração
e destruição que se expressam em massacres, feminicídio, tortura, escravidão,
tráfico de mulheres e crianças, tráfico de pessoas e desaparecimentos forçados. As
modalidades de instrumentalização do poder e suas formas de instituicionalização
enxertam tecnologias que obrigam grande parte das nossas populações à morte, a
uma dor psíquica insuportável, à migração forçada ou a se inscrever em algum
modo criminoso [delincuencial] como caminho de vida. A delinquência não implica
em uma simples patologia (como algumas posturas psi propuseram), senão a
subjetivação de um mal estar latinoamericano que torna abjetos os corpos que não
lhe servem economiamente. Antes de patologia, a delinquência é uma forma na qual
o delinquente se subjetiva por um problema do aparato estatal e assim põe o
caminho de vida possível daquele que foi abjeto.
Isto é, a violência exercida por um sujeito não é somente de caráter patológico,
instintivo, nem tão pouco individual. Pelo contrário, o sujeito em sua dor singular
porta um plural que é político e que é cultural. Condições políticas e culturais são
transmitidas por sensações. Pegadas do mundo vão continuamente se inscrevendo
e traduzindo pelos caminhos que toma de início a energia somática, pela via do
autoerotismo. Logo, mediante a pulsão (trieb), os caminhos para um contínuo
processo de corporificação [corporeización] libidinal dão forma ao eu corpo. O eucorpo
(FREUD, 1923), em sua projeção, é o mundo. Assim, a imagem do mundo é
projeção do corpo, mas isso se e somente se o corpo for a intervir no sensóriopolítico.
Minha relação com o mundo então não é a de um indivíduo com um
inconciente frente ao mundo, mas sujeito e mundo são formações produzidas no -
e somente no - campo político e cultural, e o inconsciente é sem um fora e sem um
dentro.
Podemos ler em Freud (1895) que os processo de simbolização são produto da
entrada e ausência de um estímulo sensorial que o seio fornece. O infans alucina a
coisa (Das ding) do objeto perdido e assim obtém satisfação, já sem o objeto
(Gegenstand) presente. Este representar (imaging) define as representações
enquanto se conectam à sensação e ao afeto, e é o processo pelo qual a criança
representa gradualmente a mãe ausente enquanto um objeto total. Assim, se há um
objeto total, se representa não só ao modo do imaging senão através de uma
reinscrição da imagem do seio ausente e uma substituição deste por outra coisa
que torna-se [deviene] total. A atividade alucinatória inclui afetos e ideias que
reinscrevem e proto-escrevem as experiências somáticas prévias em um aparato
cultural. Assim, todo o caminho da representação é uma experiência sensóriopolítica.
Não se trata para mim do vínculo da criança com um peito ou com uma
mãe, senão do vínculo apaixonado com um set de relações culturais e políticas que
a criança traduz através da mãe, do pai, do tio queer ou da tia drag.
Assim resumo brevemente como em Psychoanalysis, the Body and the Oedipal Plot
(2019) concluí que o ato da soma de colocar-se a andar como corpo pulsional (Al.
Trieb) e deixar o instintivo (Al. Instinkt) é então uma experiência somato-política. O
corpo, retomando Preciado (2012), é um arquivo somato-político que contem
práticas culturais e políticas. Aquilo a que Dolto (1984) chamou de caminho da
representação da imagem inconsciente do corpo e sua imagem dinâmica é, para
mim, uma possibilidade em traço contínuo e em diálogo com a vida política, uma
vez que dominada pela mesma. Na reiteração da repetição do que o aparato político
inflinge, quem sabe um deslocamento, uma diferença, certa agência política.
A coisa se torna mais complexa pensando a metapsicologia articulada à
necropolítica, porque somos produtos de um dispositivo legal-adminstrativo que
ordena e sistematiza os efeitos ou as causas das políticas da vida e morte dos
corpos. O desejo não flutua livre desse dispositivo que incide e forma o corpo
libidinal. Mesmo sendo uma produção singular, o desejo nunca é individual. O
sujeito não flutua livre, mas está sujeito aos caminhos que representa desta vida
política e cultural. Vivemos malestares culturais dos quais nossas vidas dependem,
entrelaçados políticos que tecem os ideais, metas e caminhos que tomam as
pulsões, e caminhos dos quais as pulsões se desviam pelo deserto da pulsão de
morte.
O conjunto de relações com que convivemos não se atribuem unicamente ao
complexo familiar da mamãe e do papai, da escola e dos amigos, mas também das
instituições, a vida pública, aquele enigmático que se move na vida política e atua
sobre as redes de pessoas e comunidades com as quais crescemos. Então, sob as
condições políticas da América Latina, sob um sistema que administra a vida e a
morte das pessoas, sob isso que disse Butler, que o capitalismo leva em seu centro
a pulsão de morte: eu poderia dizer que o trabalho do psicanalista nada tem a ver
com o político? Um sonoro não!
Penso que os conceitos fundacionais da psicanálise são móveis e que Freud utilizou
conceitos que o ajudaram em sua escuta, para o processo de cura e para a
compreensão de fenômenos sociais como a guerra e suas incidências traumáticas
no aparato psíquico. Não vejo porquê não haveríamos de utilizá-los para abrir
campo para uma teoria metapsicopolítica. Cito Freud concordando sobre repensar
a pulsão:
“O progresso do conhecimento não tolera rigidez alguma, menos ainda nas
definições. Como ensina o exemplo da física, os conceitos básicos fixados em
definições também experimentam uma mudança constante de conteúdo. Um
conceito básico, convencional e obscuro, mas do qual a psicologia não pode
prescindir, é a pulsão.” (Freud, 1915, p.113)
Enquato psicanalista então estudo a pusão e os alcances metapsicopolíticos que
ela traz. Concordo com Butler (2020) e com Rosaura Martínez (2020) que a
psicanálise tem importantes fronteiras políticas. Penso que pode resultar em
soluções importantes sair de uma noção individualista do sujeito singular para
pensar em um sujeito singular que não é sem os outros e que depende inteiramente
de aparatos políticos. Como tal, penso que é importante repensarmos o campo na
vida política e nossa responsabilidade na mesma.
Se a imagem do mundo, como disse Freud, é uma extensão do eu-corpo, Butler
(2020) mencionou recentemente que no mundo capitalista há, em seu centro, uma
pulsão de morte. Que o sistema economico comeu o mundo e tomou a forma de
uma self figuranting image. Como pensar na repetição, na iteração do mortífero
deste aparato que distribui a vida e as pessoas por fins econômicos, nas saídas
possíveis de dentro das instituições e de dentro dos aparatos de instrumentalização
do poder? Por agora, anoto uma expressão de Freud que talvez possa abrir
caminho para novas diferenças no aparato mortífero: “caminhos da pulsão de
morte.”
Referências
Butler, J. (2020) COVID-19, the politics of non-violence, necropolitics, and social
inequality. Lecture for the 50th Anniversary of Verso Books at the White chapel
Gallery.
Martínez, R. (2020). Lo psicopolítico: Una crítica desde la filosofía. Ciudad de
México: Monosílabo (Texto ainda não publicado)
Dolto, F. (1984). L´image inconsciente du corps. Paris: Éditions Seoul.
Freud, S.(1895) . Proyecto de una psicología para neurólogos. Obras completas
de Freud tomo I. Buenos Aires: Amorrortu.
Freud, S. (1915). Pulsiones y destinos de pulsión. Obras completas de Freud tomo
XIV. Buenos Aires: Amorrortu.
Freud, S. (1923). El yo y el ello. Obras completas de Freud tomo XIX. Buenos
Aires: Amorrortu.
Magallanes, F. (2019). Psychoanalysis, the Body and the Oedipal Plot: A Critical
Re-imaging of the Body in Psychoanalysis. UK: Routledge.
Preciado, P. (2012). Somatheque: Producción biopolítica, feminismos, prácticas
queer y trans. Conferencias almacenadas en Museo Reina Sofía.
Resumo
Com este texto me uno, desde a periferia da minha prática clínica psicanalítica e
minha postura teórica metapsicológica, ao manifesto da FEPAL denunciando a
violência que os sistemas estruturais, simbólicos, estatais e para-estatais exercem
sobre os corpos. Trabalharei a ideia de caminho como rotas das pulsões e o deserto
como a pulsão de morte Explorarei a ideia de Freud dos caminhos em circuito da
pulsão de morte como uma possibilidade do novo no aparato social. Serão notas
preliminares para uma teoria metapsicopolítica da hospitalidade ao abjeto, ao
marginalizado e ao imigrante forçado que talvez possam abrir espaço não só para
fazer nosso descontente manifesto, senão para pensar em estratégias propriamente
psicanalíticas de ação no campo social.
Palavras-chave
Hospitalidade, metapsicopolítica, América Latina, psicanálise, campo social,
migração forçada.